Trece cuentos (1931-1963), de Luisa Carnés

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Portada de Trece cuentos (1931-1963), de Luisa Carnés<<Luisa Carnés, la escritora que no salía en la foto de la Generación del 27>>. Esta cita de la periodista cultural Inés Martín aparece en la faja de la edición que he leído de Trece cuentos. Al principio pensé que era una referencia a ese olvido histórico hacia las escritoras del 27 y las Sinsombrero. Sin embargo, buscando información sobre este tema me he dado cuenta de que Luisa Carnés es olvidada incluso en aquellos artículos que hablan de las autoras de la época.

Después de comprobar que es una escritora de altísimo nivel, me pregunto por qué este vacío. Agradezco a la editorial Hoja de lata que haya decidido recuperar estos maravillosos relatos, además de los que forman parte de Tea Rooms y la novela Rosalía (que pasan, desde ya, a mi lista de libros pendientes).

Trece cuentos es un recorrido fascinante. Nos lleva desde la II República española hasta los Estados Unidos de las leyes raciales. Este recorrido es un reflejo de la vida de Luisa Carnés. Exiliada por culpa del franquismo, marchó a México, donde murió en 1964.

Comenzamos la lectura con un prólogo de los editores, tan breve como conmovedor. ¿Qué se lleva un escritor consigo al huir de un país al que intuye que no volverá? La respuesta es clara: sus cuentos. De ellos se han recuperado algunos inéditos.

Junto a otros que sí fueron publicados en su momento, esta antología de trece relatos refleja la crudeza de la realidad, contada con un lenguaje sensible y certero. Otro de los rasgos comunes a la mayoría de los textos es que las mujeres ocupan un lugar principal. No es que se hagan las dueñas de las tramas pues sus problemas son, en algunos casos, compartidos con los hombres. Sin embargo, el punto de vista femenino capta los matices de una sociedad que discrimina a las mujeres. Ellas desean libertad, el derecho a elegir qué hacer con sus vidas y, en definitiva, hacerse cargo de su propia búsqueda de la felicidad. La realidad les devuelve estos anhelos en forma de golpes. Unas veces se debe a la ley. Otras, a la situación socio-política. También juegan su papel los prejuicios y convicciones en los que las mujeres son educadas.

El libro está organizado en cuatro grandes bloques que tal vez se corresponden con una vida cuádruple. Es como si Luisa Carnés fueran cuatro Luisas que conocieron cuatro mundos distintos.

En el primer bloque los relatos se ambientan en la II República. Se trata de “En el tranvía”, “Los mellizos”, “Una mujer fea” y “[Olivos]”. Veremos, tanto en la ciudad como en el campo, el choque de las tradiciones con la mentalidad renovadora y la lucha obrera, así como la monotonía de quienes se ajustan a la convención. Me ha parecido ver una crítica velada a quienes no se atreven a dar un paso adelante, a romper con la rutina y dar un giro a su futuro. Esto encaja, además, con una autora que tuvo que dejar la escuela a los 11 años para trabajar. Sin embargo, a base de esfuerzo logró convertirse en periodista y escritora.

El segundo bloque, con los títulos “En casa”, “La chivata” y “Sin brújula”, se centran en la posguerra y el viaje al exilio. Luisa Carnés nos lleva al mundo de las cárceles de mujeres, concretamente al “durante” y al “después”. También nos hace atravesar el océano en un texto donde no pone a una mujer como protagonista sino a un niño que viaja solo. Es un relato sobrecogedor en el que las mujeres/madres toman un papel inesperado.

El tercer bloque da un giro sorprendente, no tanto por la temática, sino por el estilo. Esto me ha ocurrido sobre todo con el cuento “La mulata” con el que he tenido la sensación de estar leyendo a un autor cien por cien latinoamericano. El vocabulario y los giros del idioma nos introducen en la etapa mexicana de la literatura de Luisa Carnés. Los otros dos cuentos de esta parte, “El álbum familiar” y “El ujier” van desde lo más intimista a los vaivenes políticos. Sus finales rematan la construcción de dos personajes peculiares, en este caso, hombres.

Por último, otro trío de cuentos titulados “Momento de la madre sembradora”, “Aquelarre” y “El señor y la señora Smith” nos llevan a una realidad más amplia. Cruzan la frontera con Estados Unidos o incluso abarcan una perspectiva mundial. Entre ellos quiero destacar “El señor y la señora Smith”. Junto a” En casa”, es el relato que más me ha gustado y me ha dejado un sabor de boca perfecto.

El volumen no tiene desperdicio. No hay un solo cuento que deje de sorprenderte. Todos emocionan, golpean o hacen reflexionar. Son además, variados en cuanto a temáticas, estructura y estilo. Luisa Carnés era una autora versátil, con una amplia formación y una intencionalidad específica cada vez que escribía un relato.

Es un libro fundamental para cualquier amante del cuento y esencial en esta carrera por recuperar a las autoras olvidadas. Ningún lector merece perderse joyas como esta.

Al leer el libro, no he tenido ninguna duda: esta iba a ser mi recomendación del mes para #UnAñoDeAutoras. Si apoyas la campaña, comparte este post 🙂

¡Ah y no dejes tú también de disfrutar de estos maravillosos 13 cuentos!

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Gema Moratalla García

Gema Moratalla García

Soy escritora de fantasía y ciencia ficción. Mi primera novela, El Templo de los Inocentes, está disponible en formato digital en Amazon. Creé este blog porque la lectura y la escritura se deben compartir. Bienvenido/a. Participa. Comparte. Sugiere. Disfruta.

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