Andrés Neuman o la importancia de la reescritura

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charla-andres_neumanEl pasado día 25 de marzo asistí a la charla de Andrés Neuman que tuvo lugar dentro del ciclo “La obra en obras”. El autor compartió con los asistentes algunas buenas ideas sobre la literatura en general y sobre el proceso de escritura en particular. Por un lado, fue una charla esencial para cualquiera que haya leído alguno de sus textos o para los que quieran hacerlo por primera vez y por otro lado, creo que fue una clase maestra para todos aquellos que escribimos o pretendemos hacerlo. Por ello, trataré de recoger aquí algunas reflexiones que me parecieron realmente interesantes, y que puedan servir a otros escritores.

Para empezar, no hay más que leer su currículum literario para ver como no tiene ningún miedo a cultivar distintos géneros: novela, cuento, microficción, poesía… Es inevitable, por tanto, que en su charla surgiera la cuestión de los géneros literarios. Nos dejó claro que tratar de demilitar las fronteras entre géneros le parece totalmente infructuoso (sobre todo porque muchas veces esas etiquetas se basan en criterios cuantitativos cuando deberían basarse en criterios estructurales). Pero además, él gusta de jugar con distintos géneros y mezclarlos. Una muestra es su texto “Tornasol” que se leyó en voz alta por parte del propio autor y la actriz Elvira Mínguez, demostrando que no hay diferencia entre relato y teatro. Pero hay más casos considerando, por ejemplo, cómo el cuento y la poesía pueden compartir aspectos como la creación de imágenes o el ritmo.

¿Cómo se enfrenta el autor a la creación de sus obras según su género? En general, él piensa la estructura a la vez que piensa la historia, porque una no puede separarse de la otra. En el caso del relato, hay pocas distracciones, pues se imagina un escenario con un foco y un decorado con muy pocos elementos. En el caso de la novela, puesto que hay siempre una trama más compleja, literalmente dibuja el plan. Lo modifica tantas veces como sean necesarias pero para él es fundamental “ver” su novela de un sólo golpe de vista, antes de ponerse a escribirla.

Otras cuestiones que se trataron y que podrían servir como consejos a muchos escritores fueron:

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– El equilibrio que un buen escritor debe encontrar siempre entre teoría y práctica, expresado con estas palabras: “Una buena base teórica debería modificar nuestra práctica así como una buena práctica debería poder reformular desde cero nuestras teorías”.

– Los contrastes, que pueden enriquecer un texto individual (en su caso casi todo lo que escribe tiene, por ejemplo, un tono tragicómico) o un libro de relatos (él trata de ordenar los relatos de forma que “se lleven mal entre ellos” en lugar de buscar poner textos similares unos al lado de otros).

– En el cuento muy breve hay que ser cuidadoso no sólo con que se componga de pocas palabras sino con que aquello que se relate sea breve en el tiempo. Lo narrado ha de ser un fragmento de tiempo muy corto. Según sus palabras: “Si cada palabra vale su peso en oro, cada minuto debería valer su peso en tiempo”.

– La voz de nuestros textos no debería ser siempre nuestra voz. Es interesante tanto para el escritor como para luego quien nos vaya a leer que busquemos otras voces (protagonistas con edad o género distinto a nosotros; llevarnos esa voz a otras épocas, etc.).

Llegado este punto, nos queda hablar de la reescritura según Andrés Neuman. Creo que es lo más importante en Neuman escritor, no sólo porque se refirió a esta cuestión en varias ocasiones, sino porque esto engloba, sin duda, toda su forma de escribir. No se trata de lo que la mayoría de los escritores entendemos como corrección o revisión de un texto puesto que para él la reescritura no es necesariamente posterior a la escritura. Neuman considera que un texto nunca está acabado y que el hecho de publicarlo no significa el fin definitivo de dicho texto. Por eso dice: “Un libro es una criatura en permanente proceso de transformación”. Considera que cuanto más se reescribe un libro, más rico es, aunque hay que tener cuidado con no trastocar el tono. Podemos trabajar y mejorar la prosa y la estructura pero el tono debe ser siempre respetado. Con estos criterios, él reescribe constantemente.

Esta idea me ha hecho reflexionar puesto que quizá la mayoría de los escritores evitamos hacer esto, pasado un límite. Nos gusta escribir “FIN” cuando damos un texto por acabado o tener la sensación de terminar algo para empezar a escribir sobre una nueva idea. Sin embargo, es obvio que hay otras formas de trabajar si pensamos que nuestros textos están vivos y pueden cambiar tantas veces como ellos mismos (y no tanto los propios escritores) requieran. Textos que hemos ayudado a nacer y luego adquieren vida propia pidiendo nuestra ayuda para crecer y madurar casi sin límites.

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Gema Moratalla García

Gema Moratalla García

Soy escritora de fantasía y ciencia ficción. Mi primera novela, El Templo de los Inocentes, está disponible en formato digital en Amazon. Creé este blog porque la lectura y la escritura se deben compartir. Bienvenido/a. Participa. Comparte. Sugiere. Disfruta.

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