“Las ciudades invisibles” es un libro, ante todo, complejo y, a pesar de todo, bello.
Cualquiera que conozca a Italo Calvino sabrá que no estamos hablando de un autor cualquiera: estamos ante un hito del siglo XX en cuanto a la variedad y profundidad de su obra, expresada en forma de novelas, relatos y ensayos. Hubo en su vida un marcado activismo político e influencias culturales que en su momento fueron la punta de lanza del mundo académico. En la evolución de su obra resulta curioso su salto desde el neorrealismo a la fantasía y ciencia-ficción, géneros que transforma y trata de una forma muy particular.
No se puede negar que “Las ciudades invisibles” estaría dentro del género fantástico, pero es un texto tan ecléctico que va más allá de eso: es un libro de viajes, es un elaborado diálogo, es una reflexión sobre la ciudad, es un experimento estructural… y todo eso puede verse haciendo tan solo un análisis superficial.
Tenemos un relato marco que sirve como hilo conductor: una serie de encuentros y conversaciones entre Marco Polo y el Kublai Kan. El gobernante escucha del viajero la descripción de todas aquellas ciudades que ha ido conociendo (o tal vez no, tal vez están sólo en su mente… ¿aunque eso las hace existir o no?). Las ciudades descritas constituyen un derroche de imaginación en cuanto a sus formas, localización, habitantes y costumbres imposibles. La estructura dispersa, compuesta a base de pequeños fragmentos, convierten el libro en una especie de mosaico que tal vez no es necesario leer en el orden establecido, puesto que si prescindimos del relato marco, podemos centrarnos sólo en la visión de las ciudades.
Es en estos pasajes donde encontramos potentes imágenes, más poéticas que narrativas, que mezclan pasado y futuro y que ofrecen fragmentos sugerentes y evocadores. La contrapartida, no precisamente buena, es que el texto carece por completo de tensión narrativa por lo que le cuesta captar nuestro interés como lectores.
El texto me ha creado sensaciones muy contradictorias así que no puedo expresar abiertamente una recomendación a favor o en contra. Pero puedo ofrecer algunos “síes”. ¿Es aburrido? Sí. ¿Es interesante? Sí. ¿Hay belleza en el libro? Sí. ¿Es demasiado descriptivo? Sí. ¿Es un texto poético? Sí. ¿Aparecen todas las inquietudes del ser humano? Sí. ¿Es un libro ambicioso? Sí.
Si esta reseña te ha resultado caótica, dispersa y no has entendido bien lo que pretendía con ella… sé indulgente porque creo que aún estoy bajo la influencia de este viaje con Calvino.
______________
Gracias por leer hasta aquí. Si te ha gustado esta reseña, compártela y recomiéndala.
Si quieres recibir las novedades de Libros en vena, suscríbete a la lista de correo.
Este libro es uno de mis favoritos, me encantó y no me aburrió los más mínimo… porque no lo leí de tirón. Este es para mi un “libro de leer en el metro” o de “leer en el baño” XD XD XD (Ya, alguno me llamará hereje). Simplemente hay libros que no están pensados para mantener la atención de manera continuada, y hay que leerlos a sorbitos. “Las ciudades invisibles”, al ser textos cortos e independientes, se presa para mí a ese tipo de lectura “de apoquitos”
Después y durante bastante tiempo lo dejé sobre la estantería, a mano, para abrir al azar y releer un fragmento de cada vez.
Sí, creo que esa es la clave para disfrutar este libro. Yo lo he leído como si fuera una novela… luego, lo he leído mal. Tal vez con el tiempo pueda volver a él y disfrutarlo más. 🙂
Hace tiempo tengo ganas de leer este libro; muchas gracias por tus palabras, me dan aún más ganas de leerlo. Saludos. Te sigo.
¡Ojalá te guste! Házmelo saber en el blog cuando lo leas 😉
Sin dudas así será. En el mío verás de qué ando, con qué autores me las estoy viendo hoy… Chandler me tiene atrapadísimo. Un abrazo